El nombre de Atenas proviene de Atenea, la diosa de la sabiduría, quien, según la leyenda, consiguió la ciudad tras la disputa con Poseidón. La victoria de la diosa quedó representada en la construcción de un templo en la Acrópolis.
Como ciudad-estado, la capital costera de Atenas llegó a su pleno apogeo durante el siglo V a.d.C. Durante el mandato de Pericles (desde el 461 a.d.C. hasta su muerte en el 429 a.d.C.), hubo un gran auge en el sector de la construcción, resultando en muchos de los grandes edificios clásicos (el Partenón, el Erecteón, el templo de Hefesto y el de Sounion) que ahora se consideran símbolos de la Grecia Antigua. El éxito de la ciudad iba a la par de los logros de las artes intelectuales. Fue cuando nació la democracia, el teatro floreció y Sócrates creó las bases de la filosofía de Occidente. Extraordinariamente, a pesar de que el legado cultural de este periodo ha influido continuamente a las civilizaciones de Occidente, la época clásica de Atenas duró tan sólo cinco décadas. Bajo el dominio de los macedonios y romanos, la ciudad retuvo una posición cultural y política privilegiada, a pesar de estar en segundo plano dentro del Imperio. El nacimiento del Cristianismo marcó un largo periodo de ocupación y declive, culminando en 1456 y con cuatro siglos de dominio turco, que dejaron una marca cultural indeleble en la ciudad. A finales del siglo XVIII, Atenas sufrió el saqueo de gran parte de su pasado clásico, cayendo en las manos de coleccionistas adinerados.
La Atenas moderna nació en 1834, cuando la ciudad se restauró como la capital de una Grecia nueva e independiente. Los refugiados griegos llenaron la ciudad al finalizar la guerra entre Grecia y Turquía, haciendo así que subiera la tasa de población. Tras la Segunda Guerra Mundial, la gran inversión americana resultó en una expansión y un programa de industrialización masivos. El rápido crecimiento durante la posguerra y las altas temperaturas de su clima mediterráneo han creado una ciudad muy extendida y a veces llena de contaminación. El tráfico denso crea numerosos atascos por las calles y vapores nocivos (néfos) en la atmósfera, a pesar de los grandes esfuerzos que se están haciendo para reducir esta situación. Aquellos visitantes que vayan en busca de mármol brillante y filósofos en túnicas blancas, se decepcionarán un poco al ver la arquitectura clásica de Atenas rodeada indiscriminadamente por bloques de cemento del siglo XX. La ciudad recibe cada año a más de tres millones de visitantes pero la mayoría de ellos intentan verlo todo en el menor tiempo posible, antes de dirigirse hacia las islas griegas, en busca de sol y diversión.
Además de los famosos lugares clásicos, la ciudad cuenta además con monumentos bizantinos, medievales y del siglo XIX, así como con uno de los mejores museos del mundo y zonas de una belleza natural espectacular. A pesar del tráfico, el ambiente de pueblo es aún evidente en sus cafeterías, tabernas, mercados y en las callejuelas de alrededor de Pláka. Además, Atenas cuenta con los mejores restaurantes y la mejor vida nocturna del país y continúa siendo uno de los principales centros culturales de Europa. La mejor manera de evidenciar todo esto es durante el Festival de Atenas. La zona metropolitana, incluyendo el puerto en Piraeus, es el centro industrial y económico del país. Algunos de los proyectos de mejora de la ciudad incluyen: el Aeropuerto Internacional Eleftherios Venizelos, la extensión del metro de Atenas, la construcción de nuevas instalaciones deportivas, el mejoramiento de hoteles y la revitalización de la zona del puerto Piraeus. El famoso Museo Arqueológico Nacional, que cerró por reforma en el 2003, volvió a abrir sus puertas con el comienzo de las Olimpiadas. Sin embargo, El Nuevo Museo de la Acrópolis lleva bastante retraso en su inauguración. Otra de las novedades de la ciudad es el "paseo arqueológico" peatonal que une los sitios de interés del centro de la ciudad, con la intención de facilitar el acceso a ellos.
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