Hace poco vimos una parte de este video, mostraban la ciudad la gente y lo que allí hacían.
El propósito del film, era seguir a un director japonés llamado Yasujiro Ozu, pero fue aquí donde Wim Wenders, aprovecho la ocasión de su viaje, para mirar un poco mas a fondo tanto a la ciudad como a las personas que allí habitan, era una buena excusa hacerlo.
La ciudad como tal, es llena de cosas y siempre esta en un constante movimiento, en un ir y venir de gente, de carros, de todo y al parecer, para que sus habitantes se abstraigan de este mundo tan agitado y pesado, se cierran a lo que sucede afuera y parecen abstraersen de la vida con los juegos que la imparable ciudad les ofrece, PACHIN, es el mas conocido. Un ruido ensordecedor es lo que se puede sentir pero reconforta a sus habitantes.
Y como todo en este mundo tiene su contraparte, existen quienes prefieren estar en el cementerio. Es algo curioso ver como un lugar (que al menos para nosotros es sagrado) la gente puede divertirse, tomas fotos, estar alegre en ese sitio. Pero bueno son sus costumbres y eso lo veo como una aceptación más natural a la muerte, no como acá, que son casi que lugares prohibidos, cerrados y clausurados para el común.
La ciudad en si, se comporta como un sistema donde todo trabaja perfectamente, cada pieza esta dedicada a una función especifica.
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